martes, 30 de septiembre de 2014

El guepardo, último sprint contra el cuello de botella

El cuello de botella es un efecto que hace que el guepardo esté, en la actualidad, muy amenazado debido a la escasa variabilidad genética.


El guepardo o cheetah, Acinonyx jubatus, es conocido por ser el animal terrestre más veloz del planeta, llegando a alcanzar desde los 95 hasta los 115 km/h en carreras de 400 - 500 metros. Sin embargo, parece que esta velocidad va a tener que aplicarla en evadir el cuello de botella en vez de en cazar a sus presas.

Se dice que una especie ha sufrido el efecto de cuello de botella cuando en algún momento del pasado la población ha experimentado un fuerte descenso de la misma, llegando a estar en el borde de la extinción. Como consecuencia, los individuos posteriores a este fenómeno presentan una escasa variabilidad genética, de forma que todos los individuos son muy parecidos entre sí. Esto resulta nefasto porque si las condiciones del medio en el que habitan cambiaran, tendrían poca capacidad de respuesta, `provocando la extinción de la especie si la respuesta fuera negativa. Lo mismo ocurriría si algún patógeno apareciera y no fueran capaces de superarlo.

El cuello de botella que sufrió el guepardo ocurrió durante las glaciaciones del Pleistoceno y actualmente es uno de los mamíferos con menor diversidad génica, hasta el punto de que los individuos son fácilmente contagiables de enfermedades por otros y que apenas sufre rechazo de órganos cuando se les trasplantan.


Actualmente se calcula que la población de guepardos no es mayor de 10.000 individuos. Debido a la pequeña población de éstos y a la escasa variabilidad génica que presentan a causa del cuello de botella experimentado, se preparan para correr en contra de la extinción.




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