jueves, 19 de junio de 2014

Turri, la medusa inmortal

Ni elixir de unicornio joven, ni sangre de doncellas vírgenes, ni esencia de Jordi Hurtado. Ha sido una medusa quien ha encontrado la fórmula de la inmortalidad.




 Por suerte o por desgracia, todos los seres vivos estamos condenados a morir de una manera u otra. Pero existe un animal que es bilogógicamente inmortal. Y digo biológicamente porque no puede morir "de viejo", pero si le cae un yunque o un meteorito, sí que muere.



El animal del que hablamos es una medusa de una especie llamada Turritopsis nutricula, a la que llamaré Turri a lo largo de la entrada por cuestiones prácticas. Se encuentra en todos los océanos del mundo en aguas templadas o tropicales, desde Colombia hasta Japón, pero también se ha encontrado en el Mar Mediterráneo en las costas de Italia y España. 



Turri es un pequeño hidrozoo (tiene un diámentro de 4-5 mm) de la familia Oceanidae, de figura alargada y casi traslúcida en su totalidad, y en la actualidad es el único ser vivo que se considera que ha conseguido burlar a la muerte.
Cuando hacemos referencia a su inmortalidad, no quiere decir que no envejezca. Turri también envejece, como cualquier ser vivo, pero cuando llega a la vejez ocurre algo mucho más extraño e increíble: rejuvenece.


Antes de que penséis en El curioso caso de Benjamin Button, debo indicaros que esto no sucede de la misma forma. Es decir, no es un proceso gradual. Cuando Turri ya está mayorcito, revierte completamente su fisionomía y alcanza nuevamente el estado de pubertad. Sería similar a lo que ocurriría si una mariposa volviera a ser gusano de un día para otro, o si nosotros nos despertáramos siendo bebés.        De la misma forma que una serpiente muda su piel sin dejar de ser ella, Turri se renueva completamente sin perder quién era. Es decir, su cuerpo cambia, pero él sigue siendo el mismo. ¿Pero cómo consiguen esto? Turri, que es muy listo, vuelve a su infancia transformando sus células en otro tipo de células (propias de un pólipo, estado más joven) a través de un proceso llamado transdiferenciación.

Este proceso se puede observar en otros animales (en las células del iris en salamandras y pollos, por ejemplo) pero muy poco frecuentemente. Nuestro Turri aplica este proceso a todas y cada una de sus células cada vez que alcanzan un punto determinado de su ciclo vital. Los detalles de esta transdiferenciación se pueden leer en inglés en Developmental Biology.



@Pedro_PB22



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