Volviendo a la vida

LA CRIPTOBIOSIS, es un estado que consiste en la suspensión de los procesos metabólicos, en la que algunos seres vivos entran cuando las condiciones medioambientales llegan a ser extremas. Un organismo en estado criptobiótico puede vivir indefinidamente hasta que las condiciones sean habitables de nuevo.  

LOS TARDÍGRADOS

Los tardígrados, también conocidos como Osos de Agua, sólo miden de 0.1 a 1.5 milímetros por lo que apenas se les alcanza a ver a simple vista como gusanitos blancos en la humedad de algunos musgos, aunque pueden vivir en cualquier lado.

Pueden sobrevivir sin tener contacto alguno con agua durante cientos, miles de años. Para ello paralizan su metabolismo hasta que de nuevo se den las circunstancias adecuadas para la vida. En laboratorio, se les ha resucitado tras 8 años, pero algunos han sido descubiertos en un casquete glaciar de 2000 años y también volvieron a la vida.

SILENE STENOPHYLLA

Esta planta con flores que vivió hace 30.000 años ha vuelto a vivir gracias a la laboriosa tarea de un grupo de investigadores rusos que han desenterrado un fruto enterrado en el suelo helado de Siberia y han conseguido replicar nuevos ejemplares utilizando los tejidos conservados bajo cero durante milenios.

WETA

El weta es un insecto que pesa hasta 71 gramos y que mide hasta 10 centímetros sin contar sus largas antenas y poderosas patas, siendo uno de los insectos más grandes documentados, y superando en peso y tamaño a un simple gorrión.

El weta es capaz de entrar en un proceso de criptobiosis durante los fuertes inviernos, gracias a lo cual logran sobrevivir, esto es, durante el tiempo frío en el cual la temperatura se encuentra debajo del 0°C hibernan en un estado de suspensión animada en el cual, pese al total congelamiento de su cuerpo y la desaparición de signos vitales, no se produce la ruptura de sus células ni de sus tejidos por la cristalización del agua que se encuentra en los mismos.. 

CYCLORADA ALBOGUTTATA

Este anfibio es un verdadero profesional a la hora de ahorrar energía. Habitualmente, estos animalitos, de pocos centímetros de tamaño, pasan cerca de diez meses bajo tierra hasta la próxima estación lluviosa. Si las lluvias no llegan, incluso puede ocurrir que las ranas se queden enterradas en el suelo durante varios años sin alimentos. Durante este tiempo economiza al máximo sus reservas de energía.

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